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¡Generar electricidad es una tarea enorme! Construir y operar centrales eléctricas cuesta mucho dinero. Además, muchas plantas necesitan grandes estanques para enfriarse, y, siendo sinceros, ¡la mayoría de la gente no quiere una fábrica industrial gigante justo al lado! Por eso, suelen construirse en zonas rurales, donde el terreno es más barato y hay más espacio.
Esto significa que toneladas de electricidad deben viajar largas distancias desde donde se genera hasta donde la consumimos. Las líneas eléctricas son la solución obvia, pero simplemente tender cables no basta si queremos ser eficientes.
Incluso los cables en buen estado, como los de cobre o aluminio, presentan cierta resistencia al flujo eléctrico. Esto se puede observar en casa:
Ese calor significa que se desperdicia energía en forma de calor debido a la resistencia del cable. Las compañías eléctricas solo cobran por la electricidad que llega a su contador, no por la energía que se pierde en el camino. ¡Así que realmente quieren evitar desperdiciarla!
Aquí está el truco: la cantidad de energía perdida en forma de calor depende en gran medida de la cantidad de electricidad que fluye (lo llamamos "corriente") y de la resistencia del cable. De hecho, si reduces la corriente a la mitad, ¡perderás cuatro veces menos energía en forma de calor! ¡Es una diferencia enorme!
Entonces, ¿cómo reducimos la corriente sin perder la misma potencia? ¡Aumentamos el voltaje ! Piensa en el voltaje como el empuje o la presión de la electricidad. Si hay mucho empuje, no necesitas tanto flujo (corriente) para realizar el mismo trabajo.
En las centrales eléctricas, dispositivos especiales llamados transformadores elevan considerablemente el voltaje, ¡a veces hasta cientos de miles de voltios! Esto reduce la corriente en las líneas, lo que reduce drásticamente el desperdicio de energía y garantiza que la mayor cantidad de energía posible llegue a nuestros hogares.
¡Incluso se puede demostrar! Si se intenta alimentar un secador de pelo con cables superdelgados, se fundirán porque fluye demasiada corriente, lo que genera demasiado calor. Pero si se usa un transformador para aumentar el voltaje antes de los cables delgados y luego otro transformador para reducirlo después, ¡el secador funciona perfectamente! Los cables delgados pueden soportar la potencia porque la corriente es mucho menor.
¡Pero espera, hay una trampa! El alto voltaje es súper peligroso. Significa que la electricidad se mueve con mucha facilidad e incluso puede atravesar cosas que normalmente creemos que no conducen electricidad, como el aire.
Los ingenieros deben tener mucho cuidado al diseñar estas líneas:
No se trata sólo de llevar la electricidad; se trata de asegurarse de que las líneas permanezcan allí y no causen problemas.
La forma en que obtenemos electricidad está en constante cambio. Cada vez más personas instalan paneles solares en sus hogares, generando parte de su propia electricidad e incluso enviando el excedente a la red eléctrica. Esto significa que se necesita menos electricidad para circular por esas largas y extensas líneas de transmisión.
Por otro lado, hoy en día la electricidad se compra y se vende a través de enormes distancias, por lo que esas “superautopistas eléctricas” siguen siendo muy importantes.
Así que, la próxima vez que veas esas torres gigantes de tendido eléctrico extendiéndose por el paisaje, recuerda que no son simples cables. ¡Son un ejemplo fascinante de ingeniería inteligente que garantiza que todos tengamos la energía que necesitamos!